viernes, noviembre 18, 2005

El dolor

El dolor me exprime,
me pone a prueba,
hace surgir mi conciencia,
me llama a responsabilidad.

El dolor reaparece,
y me vuelve a poner a prueba
y vuelve a surgir mi conciencia,
y me vuelve a llamar a responsabilidad.

El dolor es señal de mi real
El dolor, entonces,
me marca el camino,
me enseña a aprender.

Dolor: ahí estás, ¡Cómo dueles!
Pero necesito la sensibilidad
pues sino, no podría yo aprender.
Caminar debo, para aprender.

2 comentarios:

Isthar dijo...

La gente suele tener miedo al dolor, huye de él, porque parece que existe la premisa de que en la vida, la felicidad significa todo lo contrario a sentir dolor.

Dejando de lado que siempre he defendido que cada cosa se define a su vez por la existencia de su contrario, es decir que no sabríamos que es placer sin saber de antemano qué es dolor y viceversa, no concibo una vida sin dolor.

No recuerdo quién era quien decía "bienvenido sea el dolor porque me recuerda que estoy vivo". Y es que de la felicidad no aprendemos, es del dolor del que se saca experiencia y aprendizaje, es parte del crecimiento.

Yo nunca he renegado del dolor, si bien a veces me hubiera gustado que las cosas en mi camino fueran algo más equitativas.

Pero ya me lo dijo un buen amigo "Muéstrame un héroe y te contaré una tragedia" (entendiendo héroe de la forma en que yo lo hago, no el de las grandes proezas)

Diego dijo...

La naranja se hace más rica
luego de pasar un crudo invierno.
Un cachorro de León no será León
si no aprende a defenderse.

El camino para crear-se
ser humano está plagado
de situaciones dolorosas,
pero no porque tenga que ser
así, sino porque eso elegimos.

Un abrazo,
Diego